Ley de arbitraje en España

España se encuentra entre los 10 países con mayor número de arbitrajes registrados. Este crecimiento se debe a la rapidez, especialización y flexibilidad del arbitraje frente a los tribunales tradicionales, convirtiéndose en una alternativa cada vez más utilizada por empresas y particulares para resolver disputas comerciales y contractuales.

El arbitraje es una herramienta muy eficaz a la hora de resolver conflictos y en España contamos con una Ley pensada para estas situaciones. 

¿Qué es la Ley de Arbitraje?

Para establecer las bases y principios de los arbitrajes que se den en España, podemos encontrar la Ley 2003, de 23 de diciembre.

Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje

La Ley 60/2003 regula el procedimiento arbitral en España y se basa en la Ley Modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI). Su objetivo es dotar de seguridad jurídica a las partes y facilitar la resolución ágil y eficaz de disputas en el ámbito civil y mercantil.

Principios fundamentales del arbitraje en España

Esta ley se rige por estos principios fundamentales: 

Voluntariedad del arbitraje

El arbitraje solo puede aplicarse si ambas partes lo acuerdan expresamente, o bien en un contrato o en un convenio arbitral independiente. 

Neutralidad e imparcialidad de los árbitros

El profesional que realice el arbitraje tiene que ser imparcial y no actuar con favoritismos hacia ninguna parte involucrada, asegurándose de que el procedimiento sea equitativo. 

Confidencialidad del procedimiento

El proceso debe ser completamente confidencial, a diferencia de las vías judiciales que tienen a ser más públicos. 

Esta confidencialidad permite que en las disputas que se den, la información sensible quede protegida. 

Eficacia y ejecutividad del laudo arbitral

El laudo arbitral tiene la misma validez que una sentencia judicial y es ejecutable sin necesidad de un procedimiento judicial adicional, salvo en casos de impugnación.

¿En qué casos se aplica el arbitraje?

El arbitraje se puede solicitar en diferentes casos. Los más comunes son: 

Conflictos mercantiles y empresariales

El arbitraje es ampliamente utilizado en el ámbito mercantil y empresarial para resolver disputas sobre contratos, acuerdos comerciales y responsabilidad contractual.

Contratos con cláusula arbitral

Si un contrato incluye una cláusula arbitral, las partes se obligan a resolver cualquier controversia a través del arbitraje en lugar de acudir a los tribunales ordinarios.

¿Cómo funciona el proceso arbitral según la ley?

Según la ley establecida, un proceso de arbitraje funcionaría de la siguiente manera: 

Acuerdo arbitral y su validez

En primer lugar, el acuerdo debe tener constancia en un escrito ( o bien en un contrato o en un convenio independiente)

Designación de los árbitros

Las partes pueden acordar el número de árbitros y su designación. En caso de desacuerdo, la ley establece mecanismos para su nombramiento por una institución arbitral o por los tribunales.

Desarrollo del procedimiento arbitral

El procedimiento se desarrollará según lo que hayan acordado las partes involucradas y según las normas de la institución que va a llevar a cabo el arbitraje. Dentro de estas fases se incluyen: pruebas, alegaciones y audiencias. 

El laudo arbitral y su ejecución

El laudo arbitral es la decisión final emitida por el árbitro o tribunal arbitral. Es vinculante para las partes y puede ser ejecutado de manera similar a una sentencia judicial.

Ventajas del arbitraje frente a la vía judicial

El arbitraje se ha convertido en un proceso muy solicitado en nuestro país debido a los beneficios que tiene frente a la vía judicial tradicional. 

Rapidez en la resolución de conflictos

La ventaja más evidente es la rapidez con las que se resuelven las disputas. Mientras que la vía judicial puede tardar años en resolver un conflicto, el arbitraje lo tendrá resulto en meses. 

Gastos y trámites más reducidos

Aunque el arbitraje también cuente con gastos durante el proceso, estos son muchos menos que los que se dan en una vía judicial tradicional. Resulta mucho más económico que la litigación, especialmente si el proceso se alarga. 

Especialización de los árbitros en la materia del conflicto

Las partes pueden elegir árbitros con conocimientos específicos en la materia en disputa, lo que garantiza una resolución más precisa y ajustada a la realidad del sector.